“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” (Juan 14.23

*Meditación**”Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.”*(Juan 14.23)    La forma de la frase y el uso del singular enfatizan la responsabilidad que cada discípulo tiene de preguntarse a sí mismo si personalmente ama a Jesús. El término mi palabra aquí en el versículo 23 se explica con mis mandamientos en el versículo 15.Esta es una lección de inmensa importancia y sobre la que es preciso insistir constantemente a los cristianos. La prueba de que somos creyentes verdaderos no es que hablemos de religión y lo hagamos con soltura y con acierto, sino que cumplamos constantemente la voluntad de Cristo y sigamos sus caminos. Las buenas intenciones no sirven de nada si no van acompañadas de actos. Pueden llegar a ser perniciosas para el alma, al endurecer la conciencia. Las ideas pasivas que no se materializan en actos van insensibilizando y paralizando al corazón. La única demostración real de la gracia es vivir rectamente y hacer el bien. Dondequiera que esté el Espíritu Santo, siempre habrá una vida santa. Vigilar celosamente nuestra conducta, nuestras palabras y nuestros actos; esforzarnos constantemente en guiarnos por el Sermón del Monte en nuestras vidas; esa es la mejor demostración de que amamos a Cristo.Por supuesto, no debemos malentender o torcer ideas como estas. No debemos pensar ni por un momento que “observar los mandamientos de Cristo” puede llegar a salvarnos. Hasta nuestras mejores obras son muy imperfectas; aun a pesar de que hagamos todo aquello de lo que somos capaces, seguimos siendo siervos débiles e inútiles: “Por gracia sois salvos por medio de la fe […]; no por obras” (Efesios 2:8). Pero el hecho de que defendamos cierto tipo de verdades no significa que olvidemos otro. La fe en la sangre de Cristo debe ir acompañada siempre de la obediencia a la voluntad de Cristo: lo que el Maestro juntó, no lo separen sus discípulos. ¿Profesamos amar a Cristo? Manifestémoslo, pues, en nuestras vidas. El apóstol que dijo “Señor; tú sabes que te amo” recibió este cometido: “Apacienta mis corderos”, lo que quiere decir: “Haz algo, sé útil: sigue mi ejemplo” (Juan 21:15).Vemos, además, que se ofrece un consuelo especial a quienes aman a Cristo y lo demuestran cumpliendo sus mandamientos. En cualquier caso, este parece ser el sentido general de las palabras de nuestro Señor: “Será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.Es indudable que esta promesa encierra un significado muy profundo que somos incapaces de sondear. Nadie puede entenderlo a menos que lo reciba y lo experimente. Pero no debemos vacilar en creer que una intensa santidad conlleva un intenso consuelo, y que nadie disfruta tanto de su FE como aquel que camina junto a Dios, como lo hicieron Enoc y Abraham. Se puede disfrutar mucho más del Cielo en la Tierra de lo que muchos cristianos se imaginan: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”; “si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Salmo 25:14; Apocalipsis 3:20). Podemos estar seguros del valor de estas promesas y de que no se hicieron en vano.¿Cómo es que —se suele decir— muchos que profesan ser creyentes disfrutan de tan poca felicidad en su vida religiosa? ¿Cómo es que hay tantos que saben tan poco “de todo gozo y paz en el creer” y se encaminan apesadumbrados al Cielo? La respuesta a estas preguntas es muy triste, pero es preciso darla. Pocos son los creyentes que respetan tan estrictamente como debieran los mandamientos y las palabras de Cristo. Abunda en exceso la laxitud y la despreocupación en la obediencia a los mandamientos de Cristo; se olvida demasiado a menudo que, si bien las obras no nos justifican, tampoco podemos despreciarlas. Aprendamos estas cosas de corazón. Si queremos ser muy felices, debemo

Usamos cookies para mejorar su experiencia en nuestro sitio web. Al navegar por este sitio web, acepta nuestro uso de cookies.
0
    0
    Carrito
    Su carro está vacíoRetornar a la tienda
      Apply Coupon
      Hello User

      Join Our Newsletter

      Subscribe to the CiyaShop mailing list to receive updates on new arrivals, special offers and other discount information.