*Meditación*”Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11) ¡Qué escena será aquélla! ¡Toda rodilla en el universo doblándose ante el Nombre sagrado de Jesús! ¡Toda lengua confesando que Él es Señor! Dios lo ha decretado y ciertamente así sucederá. Esto no es salvación universal. Pablo no sugiere aquí que todos los seres creados acogerán al final a Cristo como su Señor vivo y amante. Al contrario, está diciendo que aquellos que se niegan a hacer la gran confesión en esta vida serán obligados a hacerla en la venidera. Todos los seres creados reconocerán la verdad acerca de Jesucristo. Habrá una sumisión universal. Se doble toda rodilla ¡Mira! ¿Puedes ver esa imagen en tu mente? ¡Contempla su extraordinaria gloria! La majestad de los reyes se vuelve nada; la pompa de los imperios se disuelve como la blanca niebla de la mañana ante el sol; el brillo de los ejércitos reunidos es eclipsado. Él, en sí mismo, es más brillante que el sol, más terrible que los ejércitos con banderas. En el cielo, en la tierra, en el infierno, todas las rodillas se doblan ante Él, y toda lengua confiesa que Él es Dios. Si no es ahora, en el tiempo venidero esto se llevará a cabo, para que toda criatura de Dios reconozca a su Hijo como “Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Ro 9:5). ¡Que nuestra alma anhele ese bendito día, cuando toda esta tierra doble su rodilla delante de su Dios voluntariamente! Creo que hay una era llena de felicidad que pronto vendrá, cuando no habrá una rodilla sin inclinarse ante mi Señor y Maestro. Toda lengua confiese Ahora Él es más alto que cualquier otro. Ahora todos deben confesar su divinidad. Con vergüenza y terror, sus adversarios se postrarán delante de Él; con placer y humilde adoración, sus hermanos lo reconocerán como Señor de todo. Jesucristo es el Señor Lo que se nos enseña aquí es la gran verdad de que Jesucristo, aunque alguna vez se humilló hasta lo más bajo, ahora es exaltado a la más alta gloria, e incluso los demonios en el infierno están obligados a reconocer la fuerza de su poder. También debemos aprender de este pasaje que la forma para ascender es descendiendo. El que quiera ser el primero debe estar dispuesto a ser servidor de todos. El Rey de reyes era el Siervo de siervos; y si vamos a ser coronados en el futuro, debemos estar dispuestos a ser despreciados y rechazados por los hombres ahora. ¡El Señor nos dé esta humildad en su gracia, por amor a Jesucristo!, y todo, para gloria de Dios Padre. El más grande honor que podemos tener como hijos de Dios es dar honor a nuestro Padre que está en los cielos.