Meditación
“en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo
fue creado por medio de él y para él.” (Colosenses 1.16)
Los falsos maestros emplean el v. 15 (especialmente como está en la RV) para enseñar que el Señor Jesús fue un ser creado. El error puede generalmente ser refutado en base del mismo pasaje de las Escrituras que emplean los sectarios. Así sucede aquí. El versículo 16 declara de manera concluyente que el Señor Jesús no es una criatura, sino el mismo Creador. En este versículo leemos que todas las cosas —todo el universo de cosas— fueron creadas no sólo por él, sino por medio de él y para él. Cada una de estas preposiciones conlleva un pensamiento diferente. Primero, leemos que por él fueron creadas todas las cosas. Aquí tenemos el pensamiento de que el poder de crear estaba en Su Ser. Él fue el Arquitecto. Más adelante en el versículo leemos que todo fue creado por medio de él. Esto nos habla de Aquel que es el Agente en la creación. Él fue la Persona de la Deidad por la cual se ejecutó el acto creador. Además, todas las cosas fueron creadas para Él. Él es Aquel para quien todas las cosas fueron creadas, el objetivo de la creación.
Pablo recurre a extremos para enfatizar que todas las cosas fueron creadas por medio de Cristo, sean las que están en los cielos, sean las que están en la tierra. Esto no deja ningún hueco para que nadie pueda sugerir que aunque Él creó algunas cosas, Él mismo fue originalmente creado.
El apóstol pasa luego a declarar que la creación del Señor incluyó las cosas visibles y las invisibles. La palabra visibles no precisa de explicación alguna, pero es indudable que el Apóstol Pablo se daba cuenta de que al decir invisibles suscitaría nuestra curiosidad. Por ello, pasa a detallar lo que quiere decir por cosas invisibles. Incluyen tronos, dominios, principados y potestades. Creemos que estos términos se refieren a seres angélicos, aunque no podemos distinguir entre los diferentes rangos de estos seres inteligentes.
Los gnósticos enseñaban que había varios rangos y clases de seres espirituales entre Dios y la materia, y que Cristo pertenecía a una de estas clases. En nuestros tiempos, los espiritistas pretenden que Jesucristo es un ser avanzado de la sexta esfera. Los Testigos de Jehová enseñan que antes que nuestro Señor entró en el mundo, era un ángel creado, ¡nada menos que el arcángel Miguel! Aquí Pablo refuta vigorosamente estos absurdos conceptos declarando de la forma más clara posible que el Señor Jesucristo es el Creador de los ángeles —de hecho, de todos los seres, tanto si son visibles como invisibles.
La palabra que tenemos ante nosotros, describe a un Cristo que tiene en su mano y que abarca con su amante corazón tanto el reino de la creación como el de la redención. El que es “el primogénito de toda creación” también es “el primogénito de los muertos”. Aquel que murió en la cruz conoce por nombre la estrella más distante. No sólo la conoce sino que la dirige. Mucho mejor: la controla de tal forma que servirá para el provecho de su pueblo (Ro. 8:28). Las así llamadas “leyes de la naturaleza” no tienen una existencia independiente. Son la expresión de su voluntad. Y es posible hablar de leyes porque él se deleita en el orden y no en la confusión. ¡Aquel que en respuesta a la oración puede otorgar la seguridad de la salvación también es capaz de conceder lluvia en respuesta a la oración!.
(W.Macdonald – W.Hendriksen)