
En el mundo estaba. Fue una gracia increíble que el Señor de la vida y de la gloria hubiera venido a vivir en este minúsculo planeta. No sería de interés periodístico que de alguien se dijera: “Estaba en el mundo”.
En el mundo estaba. Fue una gracia increíble que el Señor de la vida y de la gloria hubiera venido a vivir en este minúsculo planeta. No sería de interés periodístico que de alguien se dijera: “Estaba en el mundo”.